Por Alejandro F. Fensore (Historiador)
Si revisamos la campaña sanmartiniana en Sudamérica
descubriremos que el Padre de la Patria no era un militar improvisado y que
muchas de sus tácticas y técnicas empleadas fueron aprendidas durante su
carrera militar en Europa.
San Martín participa en la campaña del Rosellón bajo el
mando del General Antonio Ricardos en la guerra entre Francia y España en 1793.
Fue el bautismo de fuego de nuestro Libertador, lo que provocó por su eficacia
su ascenso a Primer Subteniente. Esta campaña dejó un recuerdo perdurable en
San Martín, pues adquirió experiencia en maniobras y combate , en las tácticas
de infantería ligera, y en el llano y las montañas como escenario, que eran los
terrenos que le esperaban en el futuro en Sudamérica.
En la guerra entre la alianza de Francia y España contra
Gran Bretaña en 1797, San Martín se ofrece como voluntario para prestar
servicio como Infante de Marina en la fragata “Santa Dorotea” de 40 cañones.
San Martín estuvo a bordo durante más de un año, y la misión de la fragata era
escoltar barcos mercantes, transportar armas y suministros, perseguir corsarios
y combatir al enemigo. En 1798, la “Santa Dorotea” parte de Cartagena rumbo a Argel
, y en su regreso la fragata resulta dañada por la tormenta. Al poco tiempo se
encuentra con un buque inglés de 74 cañones (el “Lyon”) con el que combate por
dos horas. Los ingleses aprovechan que la fragata española estaba dañada y la
abordan, provocando que sus tripulantes se rindan y sean tomados prisioneros.
San Martín está entre los cautivos y no pudo volver al servicio activo hasta
1801, aprovechando el intercambio de prisioneros. . La experiencia del
Libertador en esta expedición naval hizo que no fuera un completo novato en
asuntos marítimos cuando años después organiza la invasión al Perú desde el
Pacífico.
En 1803 se forma en Sevilla un batallón de infantería
ligera, Los Voluntarios de Campo Mayor, y San Martín es nombrado Segundo
Ayudante, lo que le permite adquirir experiencia en organización, equipamiento
y adiestramiento de una unidad.
En 1807, San Martín se desempeñó como Edecán del General
Solano, lo que le permitió aprender aún más sobre táctica militar.
En junio de 1808, la Junta de Sevilla nombró a San Martín
Mayor General en las fuerzas dirigidas por el Coronel Francisco Torres en Jaén.
Pero al poco tiempo pasa a servir a las órdenes del General Castaños, quien lo
destina a integrar una fuerza de choque a órdenes de Murgeón, la Agrupación de
Montaña Volante, cuya vanguardia se encargó de mandar. En los alrededores de
Arjonilla, San Martín dirige una pequeña fuerza conjunta de caballería e
infantería. Al poco tiempo se lo asciende a Primer Ayudante de su Regimiento, y
también Ayudante de Campo del Marqués de Coupigny. También se lo coloca como
Capitán Agregado en el Regimiento de Caballería de Borbón. Tuvo nuestro
Libertador destacada actuación en la batalla de Bailén.
A las órdenes de Coupigny, San Martín aprendió sobre
logística, adiestramiento de tropas de caballería y organización de las
Somatenes, que eran las guerrillas. Es por esta última característica que se
comprende porqué San Martín dio mucha importancia a la guerrilla gaucha de
Guemes en la guerra por la emancipación sudamericana.
San Martín estuvo en las líneas de Torres Vedras que
Wellington mandó construir para bloquear el avance francés sobre Lisboa. Allí
Don José pudo observar la estrategia de los ingleses en cuanto al uso de
fortificaciones y trincheras en combinación con ataques guerrilleros.
En 1811, San Martín
es nombrado Comandante del Regimiento de Dragones de Sagunto, época en
la que toma la decisión de retornar a América para ofrecer sus servicios. Pero
antes de ello tiene destacada actuación en la batalla de Albuera.
De esta manera puede concluirse que San Martín no era un
novato cuando regresa a Buenos Aires en 1812 y se ofrece a luchar por la
emancipación sudamericana: tenía experiencia en campañas navales y terrestres,
en expediciones en la montaña, en guerrilla, en adiestramiento de infantería y
caballería, en organización de unidades, en construcción de fortificaciones y
trincheras, en logística general, y en tácticas de combate. Todo ello hizo que
nuestro Libertador organizara la campaña triunfal que libertó a Argentina,
Chile y Perú. Nuestro héroe nacional no era un improvisado.
Fuentes
-
Lynch,
John: “San Martín:soldado argentino, héroe americano”.Barcelona.Crítica.(2009).
-
Mitre,
Bartolomé. “Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana”. Buenos
Aires. 6 tomos.Ed Jackson.
-
Rojas,
Ricardo.”El Santo de la Espada. Buenos Aires.Losada.