El Libertador nos enseña desde el bronce que los argentinos nunca debemos ser envidiosos y alegrarnos por el éxito de nuestros semejantes: prueba de ello, San Martín le entregó la gloria de terminar la obra emancipatoria a Bolívar, y en Boulogne Sur Mer tenía colgado en su habitación un retrato del otro gran Libertador, a quien tanto admiraba. También el glorioso General nos enseñó que debemos ser humildes y sencillos, y amar a nuestra patria más que a nada. San Martín rehuía los homenajes luego de sus batallas: entraba a las ciudades de noche para evitar los festejos a su persona. Este hombre que fue capaz de traspasar los montes más altos del mundo se cosía a sí mismo su ropa y remendaba su uniforme: no permitía que se le regalaran uniformes nuevos. Cuenta el General Las Heras que luego de una batalla, San Martín le regaló el mejor uniforme de su guardarropa, pues el héroe de Talcahuano tenía el suyo roto. Las Heras se sorprendió de ver que el mejor uniforme de su General estaba todo remendado. Es el sencillo ejemplo de una gran hombre.
¡¡GLORIA AL GENERAL JOSE DE SAN MARTIN!!!