Por Alejandro F. Fensore (Historiador)
Por estos días, la Presidenta Cristina Kirchner ha ordenado la desclasificación y posterior publicación en forma íntegra del famoso “Informe Rattenbach”.
Este informe fue comisionado por decreto secreto de Diciembre de 1982 del entonces Presidente Militar Reynaldo Bignone, para investigar las responsabilidades políticas y militares del fracaso de la Guerra de Malvinas.
Es el informe más objetivo que existe sobre este tema, y en su momento, la comisión nombrada pretendía que este informe se utilizara en un hipotético juicio sobre la contienda bélica. La comisión se denominó: “Comisión de análisis y evaluación de las responsabilidades políticas y estratégico militares en el conflicto del Atlántico Sur.”Estaba integrada por:
- Teniente General (R) Benjamín Rattenbach (Ejército)
- General de División (R) Tomás Armando Sánchez de Bustamante (Ejército)
- Almirante (R) Alberto Pedro Vago (Armada)
- Vicealmirante (R) Jorge Alberto Bofi (Armada)
- Brigadier General (R) Carlos Alberto Rey (Fuerza Aérea)
- Brigadier Mayor (R) Francisco Cabrera (Fuerza Aérea)
La comisión trabajó cerca de un año, y llegó a conclusiones tan lapidarias, que el gobierno militar de aquel entonces guardó bajo siete llaves el informe, para no ser dado nunca a conocer. Sin embargo, en algunos libros clandestinos, y por internet, figuran algunos fragmentos del informe, pero en forma muy “light”. En el informe se concluyó que la guerra fue una aventura militar, y recomendaba la pena máxima(pena de muerte) para sus responsables.
El hijo del Presidente de aquella comisión Augusto Rattenbach, ha dicho en reiteradas oportunidades que el informe ha sido adulterado en varias partes, para salvar responsabilidades de figuras militares de la epoca. En una nota al diario La Nación en 2006, Rattenbach hijo declaraba: “Mi padre tenía un sentido de la disciplina que inspiraba respeto en el Ejército, porque además tuvo una ética a prueba de balas... Cuando entregaron el informe se hicieron trece ejemplares. Los trece fueron llevados al Estado Mayor del Ejército y allí los guardaron en una especie de habitación blindada que está en el tercer piso. Pero sucedió que a mi padre lo involucraron en un sumario relacionado con el capitán Astiz. Entonces pidió que le enviaran su ejemplar. Y cuando estaba trabajando en la contestación del sumario, se murió. Pero antes de morir me dijo: "Estuve leyendo el informe y han cambiado hojas, las que corresponden a la actuación del capitán Astiz en las islas Georgias". Es evidente que fue adulterado...”
En otra nota publicada en Clarín en el año 2007, Rattenbach hijo decía: "La historia del informe es bastante espuria . La Junta militar ordena su confección, pero ni lo usa, ni lo difunde, ni siquiera lo da a conocer a las fuerzas armadas. Hasta hoy, el Estado no ha publicado el informe: metió las trece copias que hubo en un armario del Estado Mayor General del Ejército. Y el informe desaparece." Las versiones en libros que circularon luego de la guerra, no fueron tomadas como legítimas.
La nota de Clarín es muy ilustrativa: “Cuando en 1983, con la dictadura en desbandada, se supo que la Junta Militar ocultaría el Informe Rattenbach, una copia se filtró a la prensa y fue publicada por la revista "7 Días". Entre esa publicación, apócrifa, y las versiones impresas, no legitimadas, existen en efecto diferencias: no figuran ninguna de las responsabilidades "en lo penal militar" hechas a los responsables de la guerra. Y en otros dos puntos se eliminó la referencia a la rendición sin combatir del Capitán de Corbeta Luis Carlos Lagos y de Alfredo Astiz. "Eso fue cambiado por las autoridades militares de entonces que querían negarlo todo", sostiene Rattenbach hijo.
Rattenbach puso sus sospechas por escrito en su crítica: "En mi ejemplar 02 aparecieron las páginas 42, 43 y 44 como páginas sueltas, como si hubieran sido corregidas en último momento y no hubiera tiempo para encuadernarlas. Será interesante ver en el ejemplar 06 si en éste sucede lo mismo".
A mediados de mayo de 1984, Rattenbach, que murió el 8 de octubre de ese año, fue a la casa del general de división José María Díaz, flamante vocal del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, y le entregó una autocrítica de su informe.
Meses antes, Rattenbach había enviado a la Junta Militar su propio informe, más breve, llamado "Informe Preliminar". Las posiciones estaban divididas en la Comisión. "Mi padre quería dar cuanto antes una explicación al país y una justificación de qué había ocurrido —cuenta Rattenbach hijo— En cambio los otros trataron de prolongar la vigencia de la comisión. Allí hubo un cortocircuito." La Junta pidió entonces al general un imposible: que su informe fuese firmado por toda la Comisión. Rattenbach lo retiró porque, dijo, le bastaba con que la Junta hubiese tomado conocimiento de su opinión.
Rattenbach firmó el informe original en disidencia con "su orientación, su estructura, su extensión y el tiempo invertido para su presentación", aunque coincidía "con el contenido, inclusive la defi nición de las responsabilidades", que ponía a parte de los trece jefes militares de la guerra al borde de la pena de muerte, según el Código de Justicia Militar.
Pero en mayo de 1984, frente al general Díaz, el viejo general parecía estar preocupado por la suerte de algunos oficiales y porque el Ejército quedara como el pato de la boda en el conflicto. Su crítica es indulgente con varios jefes, entre ellos el general Mario Menéndez, ex gobernador de Malvinas. Sus dichos al general Díaz y el documento autocrítico con anotaciones de puño y letra de su autor, fueron recogidos por el general Enrique Ottino en un trabajo publicado por el Instituto de Historia Militar Argentina en 1997. El documento incluye un peritaje de la letra de Rattenbach. Allí se afirma que Rattenbach hizo saber a Díaz "su preocupación por la suerte de varios oficiales de infantería" y que señaló su "imposibilidad de gravitar en la redacción del Informe, pues su opinión era neutralizada por la mayoría de los restantes componentes de la Comisión".
Rattenbach hijo desconfía hoy de ese documento atribuido a su padre: "Es muy raro que jamás me haya dicho nada. «él me contaba todo sobre Malvinas."
Rattenbach puso sus sospechas por escrito en su crítica: "En mi ejemplar 02 aparecieron las páginas 42, 43 y 44 como páginas sueltas, como si hubieran sido corregidas en último momento y no hubiera tiempo para encuadernarlas. Será interesante ver en el ejemplar 06 si en éste sucede lo mismo".
A mediados de mayo de 1984, Rattenbach, que murió el 8 de octubre de ese año, fue a la casa del general de división José María Díaz, flamante vocal del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, y le entregó una autocrítica de su informe.
Meses antes, Rattenbach había enviado a la Junta Militar su propio informe, más breve, llamado "Informe Preliminar". Las posiciones estaban divididas en la Comisión. "Mi padre quería dar cuanto antes una explicación al país y una justificación de qué había ocurrido —cuenta Rattenbach hijo— En cambio los otros trataron de prolongar la vigencia de la comisión. Allí hubo un cortocircuito." La Junta pidió entonces al general un imposible: que su informe fuese firmado por toda la Comisión. Rattenbach lo retiró porque, dijo, le bastaba con que la Junta hubiese tomado conocimiento de su opinión.
Rattenbach firmó el informe original en disidencia con "su orientación, su estructura, su extensión y el tiempo invertido para su presentación", aunque coincidía "con el contenido, inclusive la defi nición de las responsabilidades", que ponía a parte de los trece jefes militares de la guerra al borde de la pena de muerte, según el Código de Justicia Militar.
Pero en mayo de 1984, frente al general Díaz, el viejo general parecía estar preocupado por la suerte de algunos oficiales y porque el Ejército quedara como el pato de la boda en el conflicto. Su crítica es indulgente con varios jefes, entre ellos el general Mario Menéndez, ex gobernador de Malvinas. Sus dichos al general Díaz y el documento autocrítico con anotaciones de puño y letra de su autor, fueron recogidos por el general Enrique Ottino en un trabajo publicado por el Instituto de Historia Militar Argentina en 1997. El documento incluye un peritaje de la letra de Rattenbach. Allí se afirma que Rattenbach hizo saber a Díaz "su preocupación por la suerte de varios oficiales de infantería" y que señaló su "imposibilidad de gravitar en la redacción del Informe, pues su opinión era neutralizada por la mayoría de los restantes componentes de la Comisión".
Rattenbach hijo desconfía hoy de ese documento atribuido a su padre: "Es muy raro que jamás me haya dicho nada. «él me contaba todo sobre Malvinas."
Con respecto a Benjamín Rattenbach, era un oficial muy prestigioso, y de gran ética moral. El destino siempre lo curzó con el tema Malvinas. En una disertación hecha en la peña “El ombú” en Marzo de 1976, el Teniente General Rattenbach reveló que en 1942, siendo profesor de un instituto militar, le sugirieron como en un”juego de guerra”, que estudiara un posible desembarco en Malvinas. Luego de varias semanas de trabajo, llegó a la conclusión que tomar las islas era muy fácil, pero lo difícil era permanecer en ellas. En esa charla, Rattenbach dijo:
“...en 1945, la Argentina estuvo a punto de alistar su Marina de Guerra para tomar las Islas Malvinas al tenerse conocimiento de que Gran Bretaña estaba dispuesta a enajenar las Islas Malvinas a los Estados Unidos de Norteamérica, a cambio de otras ventajas. En consecuencia, sorpresivamente, aquel juego de guerra- realizado en 1942- cobró, de repente, inusitado valor”.
Es muy bueno para el real conocimiento de la historia, que se conozca la verdad de la actuación en Malvinas, y la personalidad de Benjamín Rattenbach, alma mater de un histórico informe que conoceremos muy pronto.
Fuentes:
- Hernández Pablo y Chitarroni, Horacio: “Malvinas:clave geopolítica”. Ed. Castañeda.(1977).
- Diario” La Razón”.”Nota a Benjamín Rattenbach”.(10-3-1976).
- Diario “La Nación”.”Entrevista a Augusto Rattenbach” (22-4-2006).
- Diario “Clarín””.El informe Rattenbach adulterado para proteger a los jefes militares”.(7-4-2007).