(Extracto de la charla dada por el
Historiador Alejandro Fensore en el Complejo Museológico Félix Bernasconi de
Parque Patricios el 5-5-2012).
Voy a hablarles hoy de Facundo Quiroga,
pero antes voy a hacerles una aclaración: si ustedes me citan el libro
“Facundo” de Sarmiento como una prueba irrefutable sobre la verdad histórica de
la vida de Quiroga, les informo que están equivocados. El “Facundo” es una
excelente obra literaria, producto de la fina e incomparable pluma de
Sarmiento, pero su autor reconoce años después que ha exagerado al escribir
características de Quiroga y de Rosas. El “Facundo” es un libro reaccionario
contra el régimen rosista que fue escrito por Sarmiento desde su exilio en
Chile , e ingresó a nuestro país de contrabando: recomiendo leer muy buenas
biografías que se han escrito sobre el Tigre de los Llanos, pero al “Facundo”
léanlo sólo como una obra literaria y no como un libro de historia.
Facundo Quiroga era uno de los
caudillos mediterráneos, al igual que Guemes (Salta), quienes luchaban por su
subsistencia, por defender sus industrias precarias, y por compartir algo de
las rentas aduaneras de Buenos Aires. Estaban también los caudillos litoraleños
como Estanislao López (Santa Fé), Ramirez (Entre Ríos), y Artigas (Banda
Oriental), quiénes también pelearon por compartir los ingresos aduaneros de los
porteños.
Facundo nació en San Antonio de los
Llanos, en La Rioja (de ahí su apodo de “Tigre de los Llanos”) en 1788, y era
hijo de José Prudencio Quiroga y de Juana Rosa de Argañaraz. El padre de
Facundo descendía de los reyes visigodos , por lo cual se contradice con lo que
han dicho muchos historiadores liberales sobre el dudoso linaje de Quiroga. Es
decir, Facundo procedía de una buena familia con una sangre distiguida. En
1814, Facundo se casa con María de los Dolores Fernandez y Sanchez. Luego se
incorpora a las fuerzas del Coronel Corvalan, quien reclutaba soldados para el
General San Martín, y se desempeña en tareas relacionadas a la milicia cerca de
un mes. Luego vuelve a su ciudad natal. Facundo y su padre aportan armas y
reclutas para el ejército de Belgrano, y por esta acción Facundo recibe el
título de “Benemérito de la Patria”. Luego en 1818 es nombrado Comandante
Militar de Malanzán, y en 1820 se lo nombra Comandante Interino de Los Llanos.
Hay una destacada actuación de Facundo en la Provincia de San Luis: allí había
soldados realistas que estaban presos, luego de ser derrotados por San Martín.
Estos presos se amotinan, y Facundo acude a sofocar este motín armado con un
barrote de hierro y un asta de vaca, hiriendo y matando a varios de los
soldados amotinados. A raíz de esta acción, el Director Supremo Pueyrredón lo
condecora con una medalla, regresando Facundo a La Rioja como un héroe. En
1820, Facundo sofoca otro motín en La Rioja de soldados realistas provenientes
de San Juan, y se coloca como Gobernador Provisional de la Rioja. Actúa en un
lapso corto en la gobernación, debido a que Facundo no le gustaba desempeñarse
en cargos públicos. A partir de la proclamación de Rivadavia como Presidente de
la constitución unitaria de 1826, se pasa al bando federal. Cabe destacar que
Facundo tuvo un gran encono con Rivadavia debido a temas relacionado con las
minas del Famatina: Quiroga tenía minas allí, y Rivadavia (siendo Presidente)
cobraba un sueldo de la empresa minera inglesa River Plate Minning Asociation. Imagínense que Rivadavia
favoreció a esta empresa inglesa en la explotación absoluta del Famatina, lo
que constituye un gran acto de corrupción. Además, Facundo estaba enfrentado
con Rivadavia por las reformas que el último hizo en contra de la iglesia,
puesto que Quiroga era muy católico. A partir de allí, Facundo se atribuye el
famoso lema “Religión o muerte”, que se encontraba inscripto en una bandera
negra con una calavera cruzada por dos tibias.
Se puede decir que Quiroga es el
mentor del fracaso de la constitución unitaria de 1826, y Buenos Aires quiere
imponerla por la fuerza en el interior. Rivadavia envía al unitario Lamadrid
con un ejército a Tucumán, y extralimitando sus órdenes depone a su gobernador.
Luego Lamadrid se une a los gobernadores de Salta y Catamarca, y forma una
alianza contra los enemigos de los porteños. A partir de aquí se intensifica la
guerra civil que asola a nuestro territorio por el lapso de 30 años. Facundo
contaba con una importante montonera, y recompensaba las buenas acciones de sus
soldados permitiéndoles que saquearan. Además Facundo era terrible porque solía
tomar represalias contra los familiares de sus enemigos.
En 1826, Quiroga enfrenta a
Lamadrid y lo vence en el combate de El Tala, en donde el mismo Lamadrid es
múltiplemente herido salvando milagrosamente su vida. Lamadrid tuvo 15 heridas
profundas provocadas por lanzazos, hachazos, culatazos y sablazos, y casi
moribundo, es pisoteado por todos los caballos de la montonera federal
quebrándole varias costillas. Lamadrid gritaba que no iba a rendirse jamás, y
es atravesado por un bayonetazo, para luego ser ultimado por el tiro de gracia.
Aunque les parezca mentira, Lamadrid vivió para contarlo durante muchos años.
En El Tala, Facundo inaugura una táctica que le hizo ganar muchas batallas:
Quiroga finge una retirada, lo que ocasiona que el enemigo lo persiga sin darse
cuenta que el Tigre de Los Llanos escondía una reserva de soldados en la
retaguardia de Lamadrid. De esta manera, el bravo unitario estaba envuelto en
dos fuegos, y es derrotado por Facundo.
En 1827, Facundo empieza a
sospechar que Lamadrid probablemente vivía. El unitario lo sorprende con su
presencia en el Combate del Rincón de Valladares, en donde Quiroga vuelve a
vencer copiando la misma táctica que le había dado resultado en El Tala. En
estos combates, Facundo mata sin piedad a los salvajes y sanguinarios mercenarios colombianos que
habían combatido en las viejas guerras independentistas, y ahora estaban al
servicio de los unitarios. A partir de aquí nace el viejo mote de “Salvajes
unitarios”.
Cabe destacar que Rivadavia, a
través de su ministro García, hace un arreglo vergonzoso para terminar la
guerra con el Brasil, ocasionando la pérdida de la Banda Oriental. De esta
manera, Rivadavia renuncia y asume Manuel Dorrego como gobernador. Los
caudillos del interior y los gobernadores de provincia apoyan a Dorrego para
reiniciar la guerra con el Brasil, pero Dorrego se ve imposibilitado por no
contar con recursos financieros, y por las trabas constantes que ponen los
rivadavianos. Mientras tanto, Quiroga, Bustos e Ibarra proponen la sanción de
una constitución federalista. En 1828, instigado por los partidarios de
Rivadavia, la primera división del ejército de Lavalle se subleva contra el
gobierno y Dorrego es fusilado en la localidad de Navarro.
Tiempo después, Lavalle es
derrotado por Rosas y López en Puente de Márquez, y se ve forzado a firmar con
el Restaurador de las Leyes el Pacto de Cañuelas, que establecía el cese de
hostilidades y llamado a elecciones (luego anuladas por viciosas). Viamonte es
designado gobernador (es un federal no rosista).
En otro orden de cosas, Paz derrota
a Bustos y Facundo le brinda a éste refugio. Paz intenta negociar con Quiroga,
pero Facundo se dispone a desalojarlo de Córdoba por la fuerza. Facundo es
derrotado por Paz en La Tablada y Oncativo. El vencedor fusila a sus prisioneros.
De esta manera, Paz se hace dueño de la situación formando la Liga Unitaria, en
confrontación con la Confederación Federal de Rosas, López y Quiroga, producto
del Pacto Federal de 1831. El triunvirato federal se reúne para deliberar sobre
la manera de derrotar a Paz, quien tiene a su ejército muy golpeado a pesar de
sus victorias. Cabe aclarar que este triunvirato casi se disuelve, debido al
encono que Facundo tenía con López, debido a que este último se apoderó de su
caballo “El Moro”, a quien Quiroga le atribuía poderes sobrenaturales. López
jamás devolvió ese caballo.
Facundo sale en expedición para
derrotar al Manco, y en el camino se apodera de Río Cuarto. Luego, a través del
Chacho Peñalosa, se apodera de San Luis. En Mendoza, las fuerzas del fraile
Aldao se suman a las de Facundo y derrotan al puntano Videla. Cuando Facundo
intenta apoderarse de Tucuman, se entera que López capturó al Manco Paz.
Excepto Salta y Jujuy, todas las
provincias se unen al federalismo. Tiempo después, Facundo derrota a Lamadrid
en La Ciudadela, y el partido federal queda dueño de toda la situación. Quiroga
recibe a una comisión de Lamadrid
que va a pedirle clemencia. Facundo les muestra a los jefes que tanto lo
combatieron y a los prisioneros cuya vida respetaba, no obstante lo cual hace
fusilar a varios enemigos en represalia por el asesinato del general Villafañe
y por el trato dado a su madre anteriormente. Recordemos que tiempo antes,
Lamadrid humilló a Quiroga poniéndole cadenas a su madre.
Quiroga manda a buscar a la esposa de Lamadrid que se encuentra en Tucumán, para preguntarle el paradero de los noventa y tres mil pesos fuertes tomados de su casa por Lamadrid. La deja en libertad luego de cerciorase que la mujer no sabe nada, e impone una contribución a toda la ciudad.
Quiroga manda a buscar a la esposa de Lamadrid que se encuentra en Tucumán, para preguntarle el paradero de los noventa y tres mil pesos fuertes tomados de su casa por Lamadrid. La deja en libertad luego de cerciorase que la mujer no sabe nada, e impone una contribución a toda la ciudad.
Cabe destacar que Facundo apoya a Rosas en su campaña al
desierto. En 1834, Facundo se establece en Buenos Aires y traba gran amistad
con Encarnación Ezcurra.
En 1835, el gobierno le encomienda mediar entre los
caudillos de Salta y Tucumán, viajando al norte. Rosas lo acompaña hasta la
Hacienda de Figueroa, en donde le da una carta con sus pensamientos sobre la
organización constitucional, y le pone una escolta ante los rumores que los
hermanos Reinafé planeaban matarlo. Facundo rechaza la escolta, pues pensaba
que una sola palabra suya bastaba para detener el atentado.
El 16 de febrero de 1835 Facundo fue asesinado en Barranca Yaco (Córdoba) junto al doctor
José Santos Ortiz (ex gobernador de San Luis ) y otros miembros de su comitiva,
por una partida de sicarios al mando del capitán de milicias Santos Pérez. Un
niño de 12 años, llora aterrado y es
degollado también. La galera en la que
viajaba Quiroga es internada en el monte; se borran con tierra
las huellas de sangre y se saquea a los muertos. Allí mismo se reparten ropas y
dinero. Cuando ya cae la tarde, la partida abandona el lugar del crimen.
Durante la noche se produce una tormenta que borra todas las huellas. De esta
manera, termina la vida de una gran figura del federalismo.
Si queremos ser un verdadero país, estudiemos y difundamos
la vida de grandes héroes como Quiroga, para aprender que la verdadera historia
hace a una verdadera república.